¡MUÉVETE Y ACTÚA!, AHORA ES EL MEJOR MOMENTO
Las tecnologías han llegado para quedarse en el mundo educativo tras los meses de confinamiento durante el final del curso escolar 2019/2020. Realizar un listado de aportes positivos, el cambio metodológico en el profesorado y la contribución a la mejora del aprendizaje pueden ser aspectos brillantes y motivo de orgullo en el sector.
Como todo éxito, debemos ser conscientes que un porcentaje no visible debe ser puesto en cuarentena, a debate y a reflexión. Hemos potenciado, en menores fundamentalmente, el uso de Internet, de dispositivos móviles, tablets y ordenadores. Sinceramente, hemos inducido a que nuestra futura generación de profesionales pilote un vehículo de gama alta con autopistas, sin límites de velocidad y sin tener licencia de conducir. ¿Hemos sido o somos conscientes de esta situación?¿Hemos puesto medios desde el centro educativo para fortalecer las debilidades que navegar conlleva o solamente hemos pensado que hemos paliado la situación de Clases Online?
Todas estas situaciones acaban o acabarán pasando factura al alumnado.
El proceso de aprendizaje del ser humano tiende por naturaleza a equivocarse y a cometer errores a diferencia de los dispositivos que solemos emplear en nuestro día a día. Es por ello, que cada vez más, los#docentesy las#familias nos vemos inmersos en situaciones desagradables relacionadas con los #menoresenlasrrss.

Los mayores logros, alegrías, tristezas, emociones se suelen desarrollar dentro de una clase de cualquier colegio. El alumnado junto a su equipo docente pasa muchas horas conviviendo a lo largo del curso escolar, fraguando múltiples vínculos de confidencia y de confianza, útiles para el aprendizaje y la vida social.
Todos juegan un papel en dicha micro-sociedad, llamada clase, y entre todos, tendremos las claves para marcar las directrices del devenir de la misma.
¿Cuál es la realidad?
De siempre es sabido y conocido la existencia de malos entendidos entre convivientes. Personalmente, la base para solventar cualquier situación debe ser una sólida educación en valores, transmitida paralelamente desde el binomio casa-escuela, la cual es menos palpable en nuestra sociedad actual. ¿Acaso algo está fallando? ¿Hemos dotado a los menores de habilidades para solventar estas situaciones? ¿Les inculcamos también #valoresdigitales?
Sin ser conscientes, dichos “no entendidos” en el mundo online, (escenario en el que conviven nuestros menores, en muchas ocasiones, más tiempo que el mundo físico) generan consecuencias exponenciales directas e indirectas, siendo de igual gravedad ambas en el tiempo.

Estas situaciones tienen transferencia al mundo escolar y viceversa, puesto que es su ámbito de acción cotidiano. El #acosoescolar es un escenario desagradable para todos, centralizado dentro de las cuatro paredes del centro educativo, detectable y con medidas más que estudiadas y llevadas a la practica con exitosos resultados. Por el contrario, el #ciberbullying (realizado a través de escenarios online), es como consecuencia de un uso inadecuado de las nuevas tecnologías. Es un arma de acoso rápida, muy peligrosa y vejatoria.
¿Qué podemos hacer?
Las #familias y los #docentes debemos tener como objetivo mantener el control y desmontar estos actos, jugando un papel de colaboración fundamental de prevención y erradicación para evitar dichos incidentes en un futuro, aquí le importancia de realizar además de un control una #mediacionparental, acompañado a los menores y educándolos en #valoresdigitales.
Se nos pasa entonces por la mente, la cuestión ¿Qué puede hacer y con medios cuenta un Centro Educativo cuando hay indicios de un caso de #ciberbullying?
En mi centro hay una estrategia y un plan de acciones específicas
¿Qué estamos haciendo?
Resaltar, sirviendo de ejemplo mi centro, el Colegio Buen Pastor de Sevilla, intentamos dotar al alumnado de una serie de habilidades sociales, valores, formas de actuar ante situaciones tanto para prevenir estas actitudes u otras de la misma índole, tales como:
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Sentimiento de pertenencia. El colegio como su casa.
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Confidencialidad. Muchos profesionales a su disposición para poder compartir cualquier inquietud, siendo la confianza la base de esta argumentación.
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Seguridad. Crear un ambiente seguro, cercano y familiar. El alumnado es conocedor que ante cualquier incidencia tienen un respaldo.
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Rigurosidad. Respeto de las normas, siendo conocedores de qué comportamientos son aceptados, cuales no y las repercusiones morales que acarrean no actuar correctamente.
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Honor. Ser conscientes que todos somos iguales y que no hay nadie mejor ni peor que otro. Ayuda al débil y enriquece sus fragilidades.
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Valor. Siempre actuar con la verdad por delante, con empatía hacia los demás, ser consecuente de las decisiones adoptadas.
Paralelamente, desarrollamos sesiones específicas más individualizadas, en talleres de Habilidades Sociales para solventar los “roces” que puedan surgir. El estudio de situaciones, reflexión de diferentes soluciones, la empatía, recomendaciones sobre cómo actuar según el rol (víctima o testigo) de alguna de estas situaciones y, el fomento de valores, son los pilares del trabajo diario utilizamos para completar la formación integral de nuestros alumnos, el futuro de la sociedad.
Además, quincenalmente impartimos webinars orientados a las familias sobre temas relacionados a esta difícil edad y a estos temas, llevados y organizados por el Departamento del Bienestar del Estudiante con profesionales del mundo educativo, que muestran situaciones comunes y posibles soluciones, con puesta en común por parte de las familias.
Todos estos elementos se encuentran enmarcados en un proyecto de responsabilidad y urbanidad, cuyos destinatarios son las familias y los estudiantes, bajo la coordinación del Departamento, la Dirección y el profesorado, trabajando todos juntos para intentar marcar un sentido coherente, con unas pautas claras para convivir y fomentar adecuadas relaciones sociales desde el respeto y la neutralización de actitudes de acoso.
Talleres Específicos
Además de todas estas medidas y actividades que ya realizamos, me gustaría proponer un conjunto de talleres especificados para familias y adolescentes, con apoyo externo, para dar una profundidad de campo mayor a la situación y ver cómo poder afrontar este reto social que ocupa el impacto de la #huelladigital en la comunidad educativa.
Las familias así como los centros educativos y docentes les hacemos entender la importancia de cuidar la #huelladigital
Es una montaña rusa de sensaciones
Es un trabajo difícil, en muchas ocasiones desagradable cuando se detectan casos, emocionante cuando eres conocedor que todo está en vía de solucionarse, ilusionante cuando tu alumnado tiene autonomía para evitar y denunciar actitudes nocivas y, fructífero a medio-largo plazo, pero sin olvidarnos que cada día debemos de ir sembrando, la única forma para visualizar cómo se van convirtiendo en las próximas generaciones de nuestra sociedad, con unos valores sólidos y con un pensamiento crítico ante cualquier situación. Las familias, así como centros educativos y docentes, somos referentes para los menores, debemos estar informados de los riesgos a los que se exponen y hacerles entender la importancia de cuidar la #huelladigital, generando un ambiente de acompañamiento en el que los menores sepan actuar o a quien acudir si se ven expuestos a algunas de estas prácticas o tendencias en la red. Hay que ampliar nuestros conocimientos constantemente para poder impartir una #educaciondigital que cree a futuro a #ciudadanosdigitales responsables.
José Manuel Blázquez González
Profesor y Coordinador Tic
Colegio Buen Pastor de Sevilla: profesor.jmblazquez@gmail.com